Al investigar más a fondo las prácticas digitales para el seguimiento de la biodiversidad, surgieron más conocimientos sobre las relaciones existentes entre la ecoaldea y las tecnologías digitales. Obviamente, como la gente vive, trabaja y reside en este lugar, muchas prácticas digitales cotidianas son de uso común en este sitio. En lo que respecta a las relaciones digitales con el medio ambiente, muchos residentes tienen un sensor de control de CO2 en su casa que envía notificaciones cuando los niveles de CO2 aumentan, por ejemplo, cuando muchas personas ocupan la misma habitación. Del mismo modo, en la ecoaldea hay instalados sensores de partículas en el exterior para medir los niveles de contaminación (supuestamente la causada por las granjas vecinas).
Muchos residentes de la ecoaldea son expertos en biodiversidad, sobre todo en relación con las plantas. Algunos pueden identificar casi todas las plantas de los jardines y otros conocen en detalle los nombres y significados de las plantas. Algunos residentes tienen conocimientos específicos sobre las aves locales, mientras que otras personas conectan con la práctica de conocimientos alternativos para utilizar las plantas silvestres con fines medicinales, espirituales o para el consumo de alimentos. Aunque la mayoría de los residentes había oído hablar de la identificación de especies mediante teléfonos móviles, la mayoría era nueva en su uso. Sin embargo, algunos participantes ya estaban familiarizados con el uso de aplicaciones como ObsIdentify, iNaturalist o Merlin, para identificar especies locales mediante imágenes o sonido.
Los residentes también comunican informalmente sus observaciones sobre biodiversidad a través de grupos compartidos en Signal. Aquí la gente comparte fotos e historias de patitos recién nacidos o curiosas observaciones medioambientales, como una salamandra muerta o cerdos que se han escapado.
Antes de comenzar el trabajo de campo en Ecodorp Boekel, debatimos colectivamente posibles formas de estudiar la biodiversidad local, y los responsables de biodiversidad indicaron su interés por utilizar cámaras trampa para observar aves, así como por el uso de tecnologías para escuchar la acústica de los murciélagos. También están interesados en conocer mejor la biodiversidad local del suelo.