La iniciativa Science-Based Target (SBTi) es un organismo mundial que pretende que las empresas alcancen sus objetivos de reducción de emisiones basándose en la ciencia climática más reciente. La iniciativa comenzó en 2015 como una colaboración entre CDP (antes Carbon Disclosure Project), el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Su objetivo es apoyar a las empresas para que reduzcan la mitad de sus emisiones en 2030 y alcancen el balance neto cero antes de 2050. En 2021, 2.253 empresas se comprometieron a establecer objetivos basados en la ciencia, lo que representa más de un tercio de la economía mundial.
Durante la sesión "Liberar financiación para la naturaleza" en el Pabellón de la Zona Natural de la
COP27
en noviembre de 2022, Nancy Harris, directora de investigación de Global Forest Watch y el Land and Carbon Lab destacó que:
"Según la iniciativa de objetivos basados en la ciencia, las empresas tienen que hacer dos cosas relacionadas con la tierra. Tienen que comprometerse a poner fin a la
deforestación
en sus cadenas de suministro, y también tienen que fijar un objetivo de reducción de las emisiones globales. Pero además, algunas empresas con emisiones significativas relacionadas con la tierra también tienen que fijar un objetivo independiente de reducción de las emisiones relacionadas con la tierra, denominado objetivo bandera. Sabemos que hay muchas empresas, sobre todo en los sectores de la alimentación y las bebidas y de los productos forestales, que siguen deforestando en sus cadenas de suministro".
Sin embargo, un grupo de científicos de Europa, Estados Unidos y Australia sugieren que el enfoque actual del
SBTi
para la fijación y validación de objetivos es erróneo. En octubre de 2022, enviaron una carta al SBTi en la que argumentaban que los métodos utilizados se basan en trayectorias de emisiones futuras que suponen un rebasamiento temporal de los objetivos de temperatura y la necesidad de emisiones netas negativas en la segunda mitad del siglo, lo cual es especulativo e incompatible con la consecución de objetivos de 1,5 o 2 ºC. Además, el planteamiento del SBTi no "garantiza un escrutinio suficiente" de los datos sobre gases de efecto invernadero presentados por las propias empresas, lo que puede dar lugar a una tergiversación de su inventario de GEI. La carta sugiere que un método preferible sería especificar objetivos que se ajusten a un presupuesto sectorial de
carbono
.