Los territorios indígenas de la Amazonia llevan varias décadas sufriendo invasiones, degradación ambiental y extracción ilegal de recursos. Las prácticas tecnológicas apoyan la
vigilancia
medioambiental para identificar y denunciar estos impactos, al
tiempo
que movilizan compromisos políticos para detener la
deforestación
en los territorios indígenas.